Descripción

Descubre el majestuoso Museo de la Cisterna Basílica, testimonio de la grandeza de la historia de Estambul. Construido por el emperador romano de Oriente Justiniano I entre 527 y 565, este extenso depósito subterráneo de agua, a menudo denominado "Yerebatan Sarayı" o Palacio Hundido, cautiva con su bosque de columnas de mármol que emergen del agua. Situado en el emplazamiento de la antigua basílica Stoa, su nombre oficial, "Bazilika Sarnıcı", alude a su fundamento histórico.

Con una capacidad de 80.000 toneladas, la Cisterna Basílica es la mayor cisterna cubierta de la ciudad, y destaca no sólo por su tamaño, sino por su sofisticada ingeniería y el número de elementos de soporte recuperados. Con una extensión de unos 10.000 metros cuadrados, su planta rectangular mide 140 metros de longitud y 70 metros de anchura, un espacio colosal que antaño canalizaba el agua de los acueductos y las precipitaciones hacia el Gran Palacio y las estructuras cercanas, satisfaciendo las necesidades de agua de la ciudad durante siglos.

En sus profundidades, 336 columnas se elevan hasta una altura de 9 metros, separadas 4,80 metros en 12 filas de 28, talladas predominantemente en bloques de mármol individuales. Estas columnas no sólo sostienen la estructura, sino que también contribuyen a la sobrecogedora atmósfera de la cisterna.

La historia de la Cisterna Basílica está marcada por periodos de restauración, sobre todo durante la época otomana bajo el sultán Ahmed III y el sultán Abdulhamid II, y esfuerzos más modernos que han preservado su integridad. En particular, entre 1985 y 1987, los esfuerzos de restauración de la Municipalidad Metropolitana de Estambul descubrieron los icónicos bloques con cabeza de Medusa, que servían de base a las columnas. Estas cabezas, una colocada horizontalmente y la otra boca abajo, son obras maestras de la escultura romana, que atraen la fascinación de los visitantes e inspiran numerosas leyendas.

Reabierta como museo tras su restauración en 1987, la Cisterna Basílica incluye ahora una plataforma para visitantes, lo que la convierte en una parada imprescindible en el circuito turístico de Estambul. Personajes tan estimados como el ex presidente de EE.UU. Bill Clinton y el ex primer ministro holandés Wim Kok han explorado sus misterios, aumentando su prestigio como hito cultural.